El equipo de Battaglia venció 3-0 a Huracán en el Ducó y se metió definitivamente en la discusión por el título. La clasificación a la Libertadores, cada vez más cerca.
El tiempo dirá algún día si el triunfo del Xeneize en el Ducó será un triunfo de campeonato o si solo sumará para la tabla anual con vistas a las copas. En el mientras tanto, Boca hizo lo que tenía que hacer y se sacó de encima otro rival incómodo para alimentar el sueño de luchar hasta el final. Quedó a seis puntos de River y no se baja de la pelea.
Parque de los Patricios pareció, por momentos, un parque de diversiones. Y no solo para los pibes de Boca; también para los muchachos de Huracán. Los primeros 20’ de juego fueron, posiblemente, de lo mejor que se vio en esta Liga, con los dos equipos yendo a buscar, presionando alto, intentando jugar la pelota al piso y convirtiendo en figuras a los arqueros. De arranque, de hecho, Boca sufrió. Vera tuvo dos claritas (un remate que se desvió en Rolón y otro que reventó el travesaño) y Merolla también hizo lucir a Rossi.
Pero Boca también aprendió a levantarse. Lo hizo hace dos fechas después del cachetazo en el Monumental y anoche dio otra muestra de carácter, de grandeza, despachando a un equipo que venía de tres victorias consecutivas y hasta había comenzado mejor.
Pero a este Boca de Battaglia nunca hay que darlo por muerto. Porque siempre tiene algo más para dar. Y tras ese primer aluvión del Globo en el inicio, enseguida se hizo dueño del partido. No se iba a rendir tan fácil. No iba a perder la posibilidad de descontarle puntos a River (recibe hoy con San Lorenzo) y ubicarse a tres puntos de Talleres en la tabla de las copas. Sabe Boca que ya no existe margen de error. Que para pelear el titulo deberá aprovechar cada chance y esperar un tropiezo de los de arriba. Y anoche, otra vez, hizo los deberes.
No mostró su mejor nivel, es cierto, pero una vez que se puso -merecidamente- en ventaja, el partido se rompió y Boca, más allá de algún sofocón, tuvo completo dominio psicológico y territorial del juego. Es más, previo del gol de Almendra, ya había tenido un mano a mano de Vázquez y otra que Molinas no llegó a conectar casi abajo del arco.
Los números de Battaglia merecen un párrafo aparte. Agarró al equipo en el puesto 24 y en diez fechas ya lo puso tercero y lo metió como quien no quiere la cosa en la pelea grande por el título. Un sueño que parecía lejano pero fue tomando forma con el correr de las fechas. De los diez partidos que restan, Boca solo deberá enfrentar a un grande (Independiente, en Avellaneda) y solo tendrá que viajar a Mar del Plata para jugar contra Aldosivi.
Anoche, decíamos, no le hizo falta brillar para sacarse de encima a un rival que, en los papeles, podía robarle algún puntito. A Izquierdoz y Rojo cumplieron pero no mostraron la solvencia de otras veces; Rolón casi no pesó en el medio y Molinas, el más pedido por los hinchas (jugó en lugar del lesionado Cardona) apareció en cuentagotas. Sin embargo, Boca tuvo en Rossi Almendra y -un pasito atrás- Pavón y Vázquez como partícipes necesarios de la victoria en el Ducó.
¿Le alcanzará al Xeneize con esta levantada? Restan diez fechas por disputar y Boca ya demostró que, de mínima, seguirá metiéndoles presión a los de arriba. Guarda que vengo…