La noticia de la muerte de Maradona golpeó muy duro a Miguel, que revivió las épocas en las que compartió habitación con el 10 en la Selección, el Papi Fútbol en Lanús y el último abrazo en la Bombonera.
Miguel Angel Russo tenía un problema muy grande con Diego Armando Maradona. «Lo que pasaba era que a mí me gustaban muchos las naranjas, me encantan… Pero él las agarraba cuando terminábamos de almorzar y hacía jueguitos para ablandarlas, y yo le decía ‘Diego, damela porque se me va el hambre’, ¡no se le caía nunca!», relató el DT. Eso era Pelusa. Por lo menos para el técnico de Boca, uno de los que más insistió para que se suspendiera el partido de ida de los octavos de la Libertadores vs. Inter.